“He aquí mi secreto. Es muy sencillo. Consiste en que no se ve
bien con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos”.
Con un par de tobillos flojos, que a
cada poco sufren esguinces, comienzan mis piernas, por las que he hecho
resbalar tantas veces a mi hamster, a las que he enfundado en leggins, con las
que he bailado y dado vueltas. Si subes por mis gemelos toparás con mis
rodillas, centro topográfico de la geografía de mis piernas. En el lateral de
la rodilla derecha se esconde tímidamente una cicatriz pequeña. Trató de pasar
desapercibida, pero su tono ligeramente más oscuro la delató. Si trepas por mi
muslo quizás encuentres otra, también pequeña, también oscura, también prueba
de que mi cuerpo muestra la guerra de la vida, marcando cada batalla en mi piel
con cicatrices.
No te detengas, si sigues subiendo verás que el lateral de mis
piernas comienza a redondearse formando mis caderas. Encontrarás en la piel un
tono más suave, más rosado, confesando que esa zona jamás fue alcanzada por los
rayos de sol, permaneciendo oculta tras la tela de un bikini. Si te fijas, solo
si te fijas, notarás que apenas es más oscuro que mi tripa, que ha sido
visitada en numerosas ocasiones, por la que han subido labios y bajado
caricias. Si continuas subiendo te toparás con dos suaves lomas que encajan armónica
y proporcionalmente con los dominios de mi cuerpo. Fruto de inseguridades
prefieren mantenerse ocultas ante ti y ante el mundo, siendo reveladas en muy
pocas ocasiones.
Sube ya, sin miedo, por mis omóplatos y mi cuello, salpicados
por algún pequeño lunar que podrás contar con los dedos, a mi barbilla, esa que
tantos comentarios ha originado por ser igual que la de mi padre. Resbala y déjate
caer por mis mejillas, donde encontrarás hoyuelos a ambos lados si tu presencia
me hace sonreír. Puedes deslizarte hasta mis labios, donde, al ver que el de
arriba es más fino que el de abajo, es probable que te sientas confuso. Si
trepas por mi nariz llegarás a mis ojos, donde podrás leer mi historia, solo en
el caso de que sepas interpretar mi mirada a través de los círculos marrones y
uno pequeño verde. Es mi cuerpo, es la genética…y la vida
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