Do it.
Hay
ciertos momentos en la vida en que hay que saltar, sin mirar la altura desde la
que vas a caer. Determinados instantes que cambian el curso de las cosas, que
hacen que todo de un giro de 180º. Decir aquellas palabras a las que llevas
meses dándole vueltas o perderle para siempre. Robarle un beso que le deje sin
palabras o permitir que se vaya pensando que nunca lo quisiste. Marcar su
numero tragandote tu vergüenza y tu orgullo o dejar que lo único que de verdad
merece la pena en tu vida no regrese. Y todo es cosa de unos segundos: el
tiempo que tardas en gritar un te quiero, el tiempo que transcurre hasta que
logras reunir el valor suficiente, el tiempo que pasa hasta oír su voz. Después
de esa angustiosa fracción de segundo, ya no puedes volver atrás. Por tu parte
ya esta todo hecho, lo que ocurra entonces ya no es cosa tuya. Depende de él. ¿Pero
sabes qué? Yo ya me equivoque una vez, deje pasar una oportunidad que no sé
siquiera si se volverá a presentar alguna vez. Y puedo asegurarte que por dura
que sea la caída, serás capaz de levantarte y ese capítulo de tu vida estará
cerrado; volverás a ilusionarte, seguirás adelante.
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